miércoles, diciembre 06, 2006

Dejo que este viento despeine mis cabellos


Estoy sola junto al ciruelo cargado de frutas amarillas.
Pienso en tu muerte y en las azucenas blancas que nadie te llevó, en los poemas que querías y no estaban escritos.
Hace rato que escucho el canto de los pájaros, son el escondite de mis recuerdos.
Esta soledad es dulce.
Miro el cielo limpio, sin nubes; llegan otras risas, otros murmullos.
Te recuerdo atravesando el patio de la escuela con el abrigo lleno de nieve, la nieve que vimos caer a las cuatro de la madrugada.
Este pueblo siempre ha sido frío.
Las dos nos fuimos, la puerta de la escuela está cerrada.
Ya la tarde va cayendo, me estoy acostumbrando a tu sueño de polvo.

Elena Quirós
Caminos de piedraluna

2 comentarios:

Lidia Gaytán dijo...

Este Texto es del libro que me presto verdad? Diga que sí, ain soy tan despistada.

Ese libro tiene cierto aire místico, demasiado dulce, con tantas remembranzas que hacen viajar hacia un lugar que en cierto momento, uno cree que ya conoce. Me gustó.

Saludos Profe.

René Rojas dijo...

Así es querida alumna, tienes razón. Hablé con la autora en Guadalajara y pienso traerla a Monterrey a presentar su libro.