Martes 9 de agosto del 2005
Estimado Ricardo:
Es difícil para mí escribir lo que me pides.
Dices que mi vida es una novela y que lo único que tengo que hacer es escribirla.
No es sencillo.
Como decimos por acá: "hay gente que trabaja para vivir, pero hay otros que viven para trabajar".
Pero a un escritor no le queda de otra: escribe para vivir y vive para escribir.
Está bien Ricardo, no debo resistirme más.
Todo empezó hace cinco años, en navidad compramos una computadora,
Pero eso a ti, a lo mejor, no te interesa. A ti lo que te interesa es lo que me sucedió el mes pasado o la semana pasada o ayer.
Ayer le hablé por teléfono a Paloma, la señora que trabaja en una óptica y me dijo que su esposo le preguntó qué quién era yo y le dijo que yo soy el novio de Carlos, su compañero.
El sábado pasado fuimos a una disco gay, Carlos, Paloma y yo. Primero pasé por Carlos en mi Shadow rojo y luego fuimos por Paloma a su casa, cuando llegamos estaba el esposo lavando su Volkswagen, Carlos se bajó del carro, saludó al esposo, salió Paloma y nos fuimos a la disco.
Como Paloma no sabe bailar, me la pasé moviéndome de un lado a otro, junto a ella, a veces atrás, adelante, de frente, de espalda, con sus manos en mis caderas y así hasta cerca de las cuatro de la mañana...
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