lunes 19 de marzo del 2007
Una mañana, después del descanso, a sexta, (¿a qué hora toca sexta?) estaba en un grupo de segundo, un alumno me preguntó:
- Profe, ¿conoce a Samira?
- Sí, la del grupo dos, ¿por qué?
- Es mi novia, me la saluda.
- Ahorita voy para allá.
- No se crea profe -dice otro- no es novia de este, es mi novia.
- No -interviene otro- es mi novia.
- Uy, pues que aprovechados, Samira está bien chiquita.
Llego al grupo dos y le digo a Samira:
- Que pegue tienes, te mandan saludos tus novios de segundo.
- Ay, profe -contesta avergonzada- yo ni tengo novio.
Aprovecho este comentario para decirles que en todos los grupos siempre hay uno o dos que tienen mucho pegue, pero que todos podemos ser atractivos e interesantes para el sexo opuesto ¿y quieren que les diga como pueden lograr esto? Casi todo el grupo contesta: - Sí, si profe, díganos cómo.
Pues leyendo mucho, les digo triunfante. Una expresión de desaliento general inunda el salón y una voz se escucha desde el último banco: -Usted nos quiere engañar.
- No, claro que no, es cierto lo que digo, si ustedes leen, tendrán más tema de conversación y de esta manera se volverán más atractivos e interesantes. ¿No han oído que verbo mata carita? Pero no me crean, háganlo, lean y después me cuentan si notan algún cambio.
No muy convencidos, dejamos ese tema para pasar a realizar ejercicios ortográficos sobre la "b" antes de que tocara el timbre de salida.
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